martes, 7 de septiembre de 2010

7 minutos en la vida de un maestro masón

Érase una vez un maestro masón que se encontraba paseando con un niño de la mano, delante de un viejo pero colosal Templo Antiguo. Al pasar por el bello pórtico de la edificación, escucho una voz que lo estremece la cual le dice:

“Entra y toma todo lo que desees, pero nunca olvides lo principal”. 
Solo recuerda algo: “Después que salgas, la puerta de este sagrado lugar se cerraran para siempre. Por lo que aprovecha esta única oportunidad; pero no olvides lo principal”

El masón entro al antiguo templo acompañado del niño, una vez dentro encontró grandes y lujosas riquezas al alcance de su mano. Fascinado por el oro y las joyas, deja de sostener al niño, y empieza a recoger ansiosa y desesperadamente todo lo que podía, colocándolo en el blanco mandil que llevaba con el como recuerdo de una época.

Nuevamente la voz le habla, diciéndole:
“Sigue, pero solo tienes siete minutos justos y perfectos”

Agotado los siete minutos, el maestro masón cargado de oro y piedras preciosas corre desenfrenadamente hacia la puerta y LA PUERTA SE CERRO. Recordó entonces, que el niño que le acompañaba quedo dentro y LA PUERTA ESTABA CERRADA PARA SIEMPRE.

Enseñanza:

“Las riquezas, el oro y las joyas le duraron poco, su desesperación para toda la vida”.

Lo mismo ocurre, a veces con nosotros. Tenemos aproximadamente 70 años, para vivir plenamente disfrutando de todas nuestras facultades en este mundo, y una voz siempre nos advertirá: "¡NO TE OLVIDES DE LO PRINCIPAL!"

Lo principal son los valores espirituales, el amor, la fraternidad, la familia, los hermanos, los amigos, la vida misma. Pero las ganancias, las riquezas, los placeres materiales nos fascinan tanto que lo principal siempre se queda a un lado.
Así agotamos nuestro tiempo dentro de la orden dejando a un lado lo esencial: "¡Los tesoros del alma!".

QQ.·. HH.·. Jamás olviden que la vida en este mundo pasa rápido y que la muerte llega de inesperado. Cuando la puerta de nuestras vidas se cierra, no valdrán las lamentaciones.

Vivimos en un mundo lleno de problemas, angustias, corrupción, vandalismo, injusticias, donde cada día mueren niños inocentes, padres de familia con stress, pero todo es porque hemos olvidado lo principal.

“La pureza, la ternura, la inocencia del niño que tenemos dentro; el amor fraternal, la humildad, la lealtad y el honor”

Sea feliz con usted mismo, búsquese dentro de usted mismo; en cada momento de su vida por muy difícil que un problema parezca y afróntelo con Honor, Decoro y Dignidad.

La vida es solo una, disfrútala, cuídala y da todo lo mejor de ti sin guardar nada para poder volver atrás. Cuando ya no estés, no te arrepentirás de tu paso por estos valles pues:
“No te ha faltado nada por hacer y habrás cumplido con tu obra”. 

Marino de Armas
VM.·. RL.·. Añaza