miércoles, 24 de noviembre de 2010

Nuevo Libro de Poemas

Hiram

Maestro y fundador
Llamado por Salomón
Para ejercer de planificador,
De maestro masón.
Renombre arquitectónico,
Del control del silencio,
Nunca su boca claudicó.
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Todos maravillados,
Aprendiz y compañero,
Ante los perfectos lados
De su cubo interior.
Trabajó de mañana
Con martillo y cincel,
Orden, papiro.
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Vio como el divino suelo
Parió al Templo Sagrado,
Donde amor y terciopelo
Del Gran Arquitecto amado,
Tomaba forma entre oro,
Plata y pitagorismo ordenado.
Columnas retorcidas vieron sus ancianos ojos.
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Y según conocimientos,
A cada uno así,
Su justo salario pagado,
Por medio de enviados
Con palabras desconocidas
Respondidas por hermanos.
Secreto y honor despegado.
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En la J y la B,
Andaban congregados,
Cuando un indigno iniciado,
Terrible artimaña acosó.
Sonsacar al Maestro,
Al Hiram enviado de Salomón,
La clave del mayor salario.
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¿Qué imaginaría Hiram
Antes de ser interrogado?
¿Cómo valoró el secreto,
Y más muerto y enterrado,
Que al indigno revelado?
Palabra importante debía considerar,
Pues por ella cayó asesinado.
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Y tanto después de milenios,
Aún palabra secreta,
Conocimientos arquitectónicos
Ajenos al profano.
Maestro masón fiel a su palabra
Y al honor del juramento
De no traicionar el secreto, honrar a Hiram.
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